domingo, 25 de octubre de 2009



Mi madre, mi mejor Amiga

Estaban dos amigos tomando un café y mientras

conversaban uno de ellos comentó:
-Mi madre me llama constantemente a la

oficina, por cualquier cosa y siempre acaba

pidiéndome que vaya a conversar con ella.

Es terrible, siempre las mismas quejas, que

se siente sola, que le duele esto, lo otro...
La verdad es que voy muy poco a visitarla y

creo que es porque me molesta su forma de ser.
Ya sabes como son los viejos; cuentan las

mismas cosas una y otra vez y yo estoy

muy ocupado.
Tu ya sabes que siempre me falta tiempo,

los compromisos de trabajo, mi esposa,

mis hijos, mis amigos. No tengo tiempo para

dedicárselo como ella quiere.

El amigo que lo escuchaba con mucha seriedad,

le respondió:
-Yo en cambio, converso mucho con mi mamá;

cada vez que estoy triste, voy para pasar un

rato con ella; cuando me siento solo o cuando

tengo un problema y necesito fortaleza, voy

a visitarla y ella me reconforta, me anima y

siempre termino sintiéndome mucho mejor.
-Supongo que tu eres mejor persona que yo,

dijo sincerándose el primero.
- No creas, soy igual que tu, o al menos lo era.
Porque la verdad es que visito a mi mamá en

el cementerio. Murió hace tiempo, mientras

estuvo conmigo yo tampoco iba a conversar

con ella, pensaba y sentía lo mismo que tú.

Y no sabes cuanta falta me hace ahora su

presencia, cuánto daría ahora por sentir las

caricias que con tanto amor me prodigaba y

que yo estúpidamente rechazaba porque pensaba

que ya no era un niño.
Cuánta tristeza me da no haber escuchado sus consejos.

¡Yo sé lo que hago! le gritaba. Y por no escucharla, cometí un montón de errores.
Ay amigo, si supieras como la extraño. Ya es tarde,

pero ahora me doy cuenta de que fue mi mejor amiga.
Yo tampoco tenía tiempo, mis ocupaciones eran tantas

que casi no la visitaba y cuando lo hacía, era solo por

unos minutos. Sin embargo, ahora que ya no está le dedico muchísimo tiempo, pero sintiéndome culpable y miserable.

Fíjate que necio, cada vez que sentado en la tierra fría del camposanto miro su foto en el mármol gris, puedo leer las

palabras que mande grabar, “Te amo” Sin embargo ella nunca las escuchó de mis propios labios.

Por eso cada vez que la visito le pido a ella y a Dios que me

perdonen por haber sido tan duro, por haberla tratado

mal, por haberle gritado, por ser tan brusco, tan hipócrita,

y por el poco afecto que le di. Pero no hay respuesta, solo

silencio y cuando una brisa acaricia mis mejillas, siento

que ella me perdona y a pesar de todo se que me sigue

amando con todo su corazón.

Mirando a su amigo con los ojos llenos de lágrimas,

le dijo: - Discúlpame, no quería avergonzarte, pero

si de algo te sirve mi experiencia, conversa con ella,

hoy que la tienes, valora su presencia, agradécele

por las virtudes que seguro posee, deja a un lado

sus errores, que de una u otra manera, forman

parte de su ser. No esperes a que ya no esté contigo,

porque entonces el dolor llegará hasta lo más profundo

del alma y te darás cuenta que ya nunca podrás hacer

lo que dejaste pendiente, será un vacío que nunca

podrás llenar. No permitas que te pase lo que me

pasó a mí.

De regreso a su oficina, iba pensando en las palabras

de su amigo. Cuando llegó, dijo a su secretaria:

¡Por favor, no me pase mas llamadas! Comuníqueme

con mi madre y también cancele todas las citas de

mi agenda, porque este día lo dedicaré a ella.

“No dejes pasar este día sin decirle a tu madre TE AMO”

Familia - José Luis Prieto

0 comentarios on " "

Publicar un comentario

 

PARA LOS MAS CHIQUIS Copyright 2008 All Rights Reserved Baby Blog Designed by Ipiet | All Image Presented by Tadpole's Notez